un TEXTO: INVENTANDO LA LIBERTAD

UN POCO DE VIDA EN NUESTROS HUESOS

(Esta es la presentación a uno de las revistas, “Inventando la Libertad”, en la cual se hacía una reseña pequeña sobre el contenido del texto).

Flores cerrándose al atardecer. Un hombre viendo morir el día, como su vida. El sol también se oculta, perpleja y callada. No queda ya rastro del ayer, no hay forma de perpetuar el amor, o el desamor, a los hombres -y a las mujeres-. Nada en el horizonte que nos recuerde que hemos sido amantes ávidos de beber del dulce licor de la vida. Sólo queda, entonces, una manera de acercarse, eternamente, a los hombres, a su sensibilidad: la escritura. Sólo ella permite al hombre transformar sus anhelos en comunicación, sólo la escritura nos permite poner un poco de vida en nuestros huesos.

Por eso el presente es un trabajo hecho de retazos de vida, de huesos y de carne. Se trata de artículos sueltos, expuestos a la tiranía y perversidad del crítico lector (y por supuesto del no menos crítico, perverso, malicioso, y dogmático «no lector»). Se trata de poner en la mesa un suculento juego de ventajosas «armas mentales» que pretenden despertarnos del hermoso «sueño dogmático» en el que nos hallamos dulce y plácidamente inmersos, como quien duerme el sueño de los justos. Esta es, entonces, una grosera, frontal y violenta invitación a hacer gimnasia mental, a mover un poquitín nuestras neuronas casi fosilizadas ya por el ocio, que es lo mismo que rutina o tradición.

Están aquí elucubraciones, teorías, hipótesis, que indican una circunstancia impostergable: la necesidad de pensar; Montesquieu lo diría en mejores términos: “no se trata de dar que leer, sino de dar que pensar”. 

La arbitrariedad de su composición (Derecho y Filosofía; Historia y Política; Literatura) no han servido de excusa para actos de elusión o abandono, tan cómodos y sabrosos menús de decadencia que el hombre, por lo general, asume con exagerada reiteración. Así que, salvando cualquier exquisitismo metodológico, se encuentran aquí reunidos textos no relacionados por su unidad de conjunto (no hay tema central que los relacione, el tema central -en todo caso- es el hombre), sino por su impostergable e ineludible manía de hacer actos de reflexión (una operación doble, un segundo acto, un planteamiento sobre algo que ha sido ya flexionado) sobre el hombre y el mundo en el que vive.

En el primer bloque (Derecho y Filosofía), planteadas están -entre conferencias y artículos- operaciones de valoración jurídica. Se trata el asunto del hombre y su conducta normativa; se pergreña experiencias sociales con teorías jurídicas, etc, para colocarlas luego en la balanza de lo exigible socialmente. Están aquí la ciencia y la práxis de estos jurístas puestos a trabajar con un arma primordial: el análisis. El resultado: inteligentes desenmascaramientos de la complejidad humana y de sus jerarquías valorativas, jurídicas. Cabe recalcar que estos análisis tienen la tonalidad del pensamiento moderno, o ¿postmoderno?.

1.         En la primera conferencia se explora, por ejemplo, la necesidad de una Reforma Constitucional. Discurso a cargo de un lúcido y claro jurista: Valentín Paniagua, que rehace y explica con maniobra de artista un fenómeno tan actual como importante: la honestidad política, y las formas de su exigibilidad jurídica, en los dos tipos de sistema occidental: el mundo del Derecho Civil, y el mundo del Derecho Común.

El proceso de honestidad política -explica nuestro jurista- se da en el Derecho Civil bajo la institución del Antejuicio, que “a diferencia del “Impeachment” americano, que es un medio para sancionar faltas y no delitos, el Antejuicio es un juicio previo que sirve para expedir la competencia de los órganos jurisdiccionales a fin de poder procesar a los altos funcionarios del Estado…”.

En el mundo del Derecho Común (Common Law) -continúa explicando- la institución usada es el Impeachment. Del cual define su propósito y delimita su acción o fuerza: “arrojar de la función pública al funcionario indigno (…). El “Impeachment” no es un instrumento de venganza política, sino de moralización política”.

El título del discurso analítico expuesto por don Valentín Paniagua es: El Tribunal Constitucional ante los conflictos de competencia.

            Allí propone, desde el inicio, la Reforma de la Constitución Política del Perú de 1993, ya que, a «vista de águila», ha encontrado “gravísimos defectos”, que lesionan o dejan de lado derechos tan fundamentales y trascendentales como, por ejemplo, “haber menoscabado la defensa de los derechos humanos.” . No obstante, no se detiene allí, además describe nuestro estado jurídico político actual y dice: “vivimos en lo que algunos denominan el Estado Constitucional de Derecho”. Por eso su preocupación por retrotraer, traer de nuevo, los derechos fundamentales habidos en la Constitución del 79, y olvidados por la Constitución del 93.

            Dando un “gran salto mortal” -como diría él- hace una inteligente aseveración antipositivista (que revela su concordancia con las necesidades actuales y su mentalidad moderna), y dice: “No es norma constitucional aquella cuyo cumplimiento no puede exigirse”. Esto significaría que evidentemente una norma jurídica no es tal si no es exigible, es decir, si no estuviera investida del elemento coacción (posibilidad legítima del uso de la fuerza), pero coacción legitimada por la voluntad colectiva.

Bastaría lo dicho para dejar muy claro la visibilidad extraordinaria de este jurista, pero él, no contento con ello, derrama más elementos de juicio y razonabilidad; y termina advirtiendo que su interés es: “suscitar inquietud, no predicar dogmas», con el fin de que «consigamos coexistir todos”.

2.         Pedro Planas aborda el tema La Reforma del Tribunal Cosntitucional. Propuestas desde América Latina.

Pedro Planas es un vasto escritor. Es suficiente ver sus obras de miles de letras y cientos de páginas para ver su capacidad productiva. Autor desde análisis tan suculentos como aquel que realizó sobre el pensamiento político de Karl Popper, hasta temas tan áridos como El Derecho Parlamentario.  Nos ofrece esta vez un rico panorama histórico latinoamericano sobre el Tribunal Constitucional. Intenta describir el mundo latinoamericano desde la perspectiva de esta institución, y mostrar que esa unión, o fuerza latinoamericana, a través esta vez del Derecho, puede tener la «virtud de desembarazarnos de la antigua costumbre de contemplar con cierta envidia y distancia la estabilidad europea y estadounidense».

El tema central es el «control constitucional y sus variantes». Afirma, Pedro Planas, que incluso el «control concentrado» existía mucho antes en países latinoamericanos, aún «antes que Kelsen lo patente como europeo». El Tribunal Constitucional estudiado como «guardián de la Constitución». Luego ensaya algunas preguntas: «¿cómo se resguarda mejor el control concentrado?», y responde antecediendo el fenómeno extrapositivo del Derecho: «No hay aquí una respuesta matemática».

Luego de hacer toda una reseña sobre el Tribunal Constitucional en los países Latinoamericanos, concluye que la función de este es «descubrir los principios y valores que ordenan el sistema jurídico.»

Concluye exponiendo cuatro propuestas «para robustecer la protección» del «ordenamiento constitucional».

3.         Ideas básicas para descentralizar el país, desde la perspectiva del Poder Judicial, es otro interesante artículo, escrito con una prosa lisa, amena y sugerente, que despierta el interés en un tema central: “descentralizar el poder”; pero esta vez desde otra óptica del poder, ya no desde el Ejecutivo, sino desde el Judicial. Hay aquí una propuesta novedosa, materializable, ingeniosa y tratada con tanta simplicidad (que no significa superficialidad), que provoca adaptarla de inmediato al fuero judicial. El artículo está escrito por un joven abogado, radicado hoy en Estados Unidos, y seguidor de una mística filosofía: Krishna.

            Una muestra del ameno tipo de discurso, podemos adelantárselas. Dice, por ejemplo: “Los acontecimientos ocurridos en e Poder Judicial durante la dictadura del Señor Fujimori más que escandalosos son una bofetada, puñete, codazo, cabezazo, etc, dirigidos no solamente contra la sociedad peruana, sino contra la comunidad mundial”. Termina planteando una propuesta tan renovadora como inteligente: “Dividir al País en cuatro regiones judiciales y crear en cada una de ellas una Corte Suprema autónoma de las otras.”. Esgrime, por último, la manera de hacerlo, y las enormes ventajas de ello.

            Parece que esta propuesta ha sido tomada estudiando el sistema judicial norteamericano, y es un intento final de adaptar esos mecanismos a nuestra sociedad.

4.         Algunas reflexiones sobre la familia de ayer y hoy, es un artículo escrito por un abogado, con mucha experiencia práctica, quien, predestinado por su filosófico nombre, se disgrega en observaciones acerca de la familia de ayer y hoy.

            Haciendo, primero, una reseña de la familia en la antigüedad explica la transmutación de esta, y observa, aun con sorpresa, que la familia de hoy es extraordinariamente diferente y simil.

Para llegar a ello, ha explorado en los datos de la historia, escarbado en la familia de antiguedad, valorado y analizado sus conceptos, finalidad. Luego se hace preguntas tan inquietas como centrales; por ejemplo, se pregunta, ¿cuál es el sentido de la familia? La respuesta no es concluyente sino fragmentada, de acuerdo al tiempo y al espacio. El sentido es, entonces, el que le dan los hombres en determinado tiempo y espacio. Después averigua que en la antigüedad el sentido de la familia era la inmortalidad, lograda a través de la religión. Confirma luego que en la actualidad el sentido de la familia ya no es monopólico, único y exclusivo (de la religión, el Imperio, el Estado, etc), sino todo lo contrario, plural, tanto como cuantas microsociedades, microculturas existen. Así el sentido de la familia trasciende su espacio temporal y su unidimensionalidad, para convertirse hoy en multidimensional y diverso.

El tema sirve al autor para dar su percepción de lo que es y de lo que debería ser el amor, el matrimonio, etc. Y desliza sus reflexiones a asuntos tan morales, como políticos, Habla, además, del sexo y su función en la estructura familiar. El sexo estable y permanente, exclusivo y excluyente no sería la esencia de la familia. sino uno más de sus elementos.

5.         Posiciones Canónicas frente a las nuevas causales de divorcio, es un artículo escrito por un profesor de la Universidad Nacional San Agustín, y de la Universidad Católica de Santa María de Arequipa y Ex Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Privada de Tacna.

            El texto es tan elocuente como pertinaz. Incide abiertamente en la libertad del hombre de decidir su destino. Y analiza, desde la temática del divorcio, la perspectiva jurídica, contrapuesta a la religiosa, moral, y evidencia la distancia de éstas con la moral. Examina la complejidad que encierran estos entrecruzamientos (lo jurídico, lo moral, lo político, lo económico, lo cultural, etc). Plantea una teoría antipositivista por excelencia, y escribe -como también lo hubiera hecho Valentín Paniagua- que “… lo ‘jurídico’ implica mucho más que normas estatales. Implica, por ejemplo, relación con la moral o la religión,..”, y con un tono irónico, suelta argumentos tan lúcidos como amenos, para explicar la singularidad y complejidad del hombre: “A una vaca le da lo mismo vivir ahora o en la época de los romanos. Le basta con un buen forraje. Pero al hombre no le da lo mismo vivir en cualquier época para ser lo que es, porque está hecho a imagen y semejanza del tiempo y el espacio que lo engendró, de la tonalidad, del poder y de los defectos de una época.”

Para el autor -oidor de Guilles Deleuze y de Michel Foucault; amante, además de filósofos tan heterodoxos como Nietzsche, Ciorán, etc-, le parece que el matrimonio debe tener sólo una institución legitima: la affectio maritalis (voluntad de ser marido y mujer), institución extraída del Derecho Romano. Desde esa óptica, la óptica de la libertad, lanza todos los dardos que pueda, para desmoronar cualquier pensamiento acrítico que contradiga el divorcio, basado simplemente en fundamentos premodernos como el «principio de autoridad», u otros. Explica que “No vale la pura obligación o el recurso al ‘argumento de autoridad’.

Pero sus análisis van más allá, intenta hacernos creer que la institución del matrimonio debe Desjuridificarse, que en su concepción “Tal vez se refiera al hecho que el Estado va dejar de señalar ‘culpables’ e ‘inocentes’ (en un caso, como éste, netamente civil y no penal), para reconocer más libertad de decisión a las personas”, y termirna aclarando que “Mientras se vea el asunto en término de inocentes y culpables, de buenos y malos, no se le entenderá (al matrimonio) claramente”.

6.   Actos de ocultamiento y Derecho, es un artículo sobre un prejuicio social, humano, y jurídico. Tiene que ver con el sexo, la moral y el derecho, pero no desde un lado morboso, sino desde un análisis descriptivo del pensamiento y comportamiento humano. El problema planteado, parece ser, es la poca libertad temática, pública que nuestra sociedad pacata y tradicional tiene. Se pone en evidencia, además, que el hombre en el mundo tiene los mismos signos o necesidades sexuales, pero por tradición, inercia mental, o desfiguración moral reprimen, aún a costa de su propia individualidad y salud mental. No hay nada tan perjudicial como negar las propias tendencias -inquiere el autor-, siempre y cuando no perturbe la salud colectiva.

            El sexo y la hipocresía es el motivo de este discurso, tomado desde una referencia jurídica. No hay motivo para escandalizarse del acto más natural -dice el autor-: el sexo de todos los días. No hay motivos para censurar a los demás por querer hacer algo instintivo (otra cosa es hacerlo, otra cosa son los hechos. El deseo, que es subjetivo, interno, no puede ser penado). Luego daría una respuesta al ¿por qué la gente oculta sus “bajos instintos”?, y afirma que no se trataría sólo de moral, sino de factores económicos, políticos, laborales, es decir extramorales. La doble moral no es asunto de conciencia. No se es más o menos moral por que no queremos ser malos, sino porque sabemos que eso nos traerá problemas con la colectividad. La virtud de los moralistas, es entonces, una gran mentira, mentira que nos hemos acostumbrado a aceptar. La cosa estaría en no dejarte pescar por el ojo ajeno en el momento de cometer actos inmorales. Pero no se trata sólo de moral, sino de la fuerza coactiva que ejerce el derecho para anular los instintos inmorales de todo ser humano. Lo que estaría haciendo el derecho, sería entonces, justificar la contranaturaleza, es decir, hacer a los hombres lo que ellos no son, pero que tienen que ser. A eso le llaman orden, normatividad, o, más técnicamente, civilización.

            Sin embargo, el derecho que actúa como represor de todo acto inmoral también tiene sus salvedades, restringidas pero existentes, que concilian la rigidez del ordenamiento jurídico con el hombre de carne y hueso. El derecho así permite cierto espacio inmoral (casas de citas) y se humaniza. Dándole al hombre la libertad que necesita su lado instintivo y natural.

            ¿Qué función cumple el Derecho frente a los fenómenos sexuales?. Se ve que existen dos hechos que se contradicen, pero que a la vez se reconcilian. La naturaleza del hombre de un lado, y la moralidad del mismo de otro lado. El régimen jurídico cambia de acuerdo al medio que está regulando.

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El segundo bloque se trata de temas relacionados a la Historia y la Política.

7.         El modernismo: una aproximación preliminar / Artículo expuesto con marcada intención didáctica y trabajada síntesis histórica. Tenemos aquí un ramo de datos históricos, y, además, de contribuciones filosóficas que despejaran nuestras oscuras visiones del mundo de la modernidad. 

            El análisis comienza desde una presentación del significado, o concepto de moderno, modernismo y modernización, hasta pasar a las modalidades en las cuales actúan; por ejemplo “en el área política la modernidad significa la transición de la autoridad tribal a los sistemas de sufragio, a la representación, a los partidos políticos, a los sistemas democráticos”, pero además es “Independencia de las autoridades tradicionales, antidogmatismo en el pensamiento”, con rasgos singulares de una época, como la “creencia en la ciencia y en la razón”, o la “Planificación, anticipación, orientación hacia el futuro.”

En el mundo de la modernidad “El individuo es emancipado de obligaciones irremplazables impuestas por el grupo, es libre de moverse entre los colectivos sociales, de elegir sus pertenencias a voluntad, de autodeterminarse y responsabilizarse de sus propias acciones, …”. En el orden del derecho: “la difusión del imperio de la ley, que obliga tanto al Estado como a los ciudadanos.” es consecuencia de la modernidad.

En el orden cultural y político la modernidad significaría la “democratización de la educación”, la “confianza del hombre moderno en su habilidad, sólo y en concierto con otros hombres, para organizar su vida y dominar los retos del presente”. Hay otros rasgos indicativos y clarificadores.

Quien quiera darse una idea integral, global de lo que significa la modernidad hallará en estos escritos un gran alivio.

8.         La conspiración Judía, escrita por el joven historiador, es un artículo, que empieza siendo una especie de declaración de amor a todas las mujeres inteligentes, cultas y hermosas a la vez. Pareciera haberse realizado el sueño de todo intelectual: encontrar una mujer con cerebro, que además sea bella. Conseguir esa extraña mezcla es ya una gran osadía; ésa es, al parecer, la percepción de la sociedad. El autor intenta demostrarnos que esa percepción es falsa, que sí existen mujeres bellas e inteligentes, y da muestras de eso; él ha encontrado su musa, bella e inteligente a la vez, a la cual, con la excusa de hablar de los judíos, le dedica un poema en prosa.

Desde ese referente aborda ciertos fenómenos mentales, como la necesidad de abolir todo prejuicio, puesto que él está convencido que “…el prejuicio es visceral, irracional y emotivo; se transmite de boca en boca y de oído en oído; no se piensa, critica, analiza o razona; se cree, se siente, se asimila y se asume”. Y afirma que nada hay mejor que derrocar todos estos prejuicios.

Insistiendo en el desenmascaramiento del prejuicio racial, afirma que no hay culpables por raza; ser judío no te hace delincuente o culpable. Dice el autor: “Irracional es, en fin, la idea de posibles ‘conspiraciones judías’, de mentiras judías, de culpas judías, de ‘esencias’ judías. Los hombres son buenos o malos, torpes o listos, generosos o avaros, valientes o viles… sin que medie su raza o idioma, su religión o cultura. Lo reptiliano o humano no hacen distinción de colores ni lenguas, ni de pueblos ni credos”.

No es justo, ni cierto, que se quiera imputar a una raza, sea cual fuera, ser causa culpable de las conductas humanas incorrectas, negativas, dice indignado el autor. Eso haría recordar a Lombroso y su teoría innata. Sólo en la imaginación de un estudioso del pasado podría albergarse la idea que los hombres vienen determinados invariablemente. Hoy se sabe que nacemos con ciertas inclinaciones y que la educación, el medio social reconduce nuestras conductas.

9.         Pensar contra uno mismo, es un artículo que intenta descifrar lo que oculta en sí la moral. Usando como primer elemento de análisis una frase de Fernando Savater, Máximo Torres delinea las «otras» causas del problema moral, y explica que someterse a él, a la moral, es simplemente olvidarse de uno, limitar nuestro interés, bloquear aquello tan singular y particular que hay en nosotros.

            El punto clave desarrollado estriba en que la moral es «auto censura», ejercida sin previo análisis histórico, analítico o racional. Se hace tal cosa por moral, así a secas, no porque se entiende el sentido de tal o cual acto moral, sino simplemente por tradición.

            Termina el autor con una sugerencia hacia la libertad.

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El tercer bloque esta presidida por temas literarios.

10        El artículo Peter Sloterdijk, escrito por Don Guido Fernández de Córdova y Amézaga, hombre de especial prosa y nostálgica manía de conocer hasta el infinito el mundo literario. Es un descubrimiento de un autor importante, que descubre otros temas de expurgación como «La Ironía Cibernética». Su lenguaje es tan metafórico como sustancial. Sloterdijk ha acertado al hablar de Nietzsche y calificarlo como «el gran profeta del individualismo».

            Esta es una sugestiva, informativa y reflexiva crónica que tiene el «valor de arremeter contra la lírica de la evasión».

11.       La irresponsabilidad de escribir

Artículo escrito por un joven poeta. Es un resignado crucificado por su causa perdida (la poesía). Escribe prosa para salvarse de la tropelía y burla de sus amigos (todos ellos unos canallas que le dicen que la poesía no da fichas).

Su artículo es más bien una explicación personal e interna del porqué escribe. El intenta limar y limpiar de asperezas su mente de las dudas que lo erosionan: ¿Para qué escribir si eso no tiene futuro? Se responde: para librarse de prejuicios, miopías y achatamientos. Luego ensaya algunas hipótesis de cómo escribir; cree que es posible hacerlo basado más en el desarrollo dinámico, en la introspección; piensa que escribir sirve como efecto expansivo.

Gustador de todo acto de potencia huele a heterodoxia, y prefiere todo acto de resistencia, despreciando, por consecuencia, lo patético o llorón; Sus discursos, a pesar suyo aún tiernos y románticos, pretenden llevar el signo, o estigma, de la potencia, lo que le da terrenalidad.

12. Felipe Daudet, texto recompuesto por un autor que arguye maliciosamente que es simplemente un plagio. Abogado autoexcomulgado de su profesión. Es un amante de la literatura marginal, heterodoxa, y maldita. Escondido en su carácter bonachón, escribe lo más simple que puede. No le gusta lo oscuro, lo difícil, lo grotescamente serio. Prefiere lo superficial, lo ligero, lo común. Negador de la utilidad de la filosofía, es un buscador eterno, pertrechado en su voz apacible, describe aquí lo absurdo que es la vida y sus juegos macabros.

13.       Los elementos constitutivos del amor, de Octavio Paz, es un excelente artículo escrito por un extraordinario, lúcido y reconocido poeta mexicano.

            Rilke aconsejaba a los jóvenes poetas, no escribir del amor, porque ¡se ha escrito tanto del amor ! que es un tema donde no queda nada por decir. Sin embargo Octavio Paz lo desenvuelve con la originalidad (herencia del vanguardismo), y la curiosidad innata del que todo lo observa y todo lo percibe. Además desarrolla ciertas características comúnes y universales (5) como la exclusividad, el obstáculo, la transgresión, el dominio y la sumisión. No intenta definir estos elementos como quien desmembra un cuerpo y describe sus partes, su lucidez le permite contemplar el todo. He ahí el acierto de este artículo.

            Su autor, poseedor de una prosa limpia y concisa lanza una mirada al amor, desprovista de tragedias y cúrsiles romanzas. Un excelente ensayo escrito por un extraordinario, lúcido y reconocido poeta mexicano.

            Hay en sus líneas: historia y filosofía, para terminar con un contrapunto poético y afortunado, esquivo y muy propio de Octavio Paz: «Todo amor es eucaristía».

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            «Mantengamos el fuego...», es parte de la letra del que fue el primer himno de Tacna, escrita por Modesto Molina. el elemento fuego es vida, voluptuosidad, nunca uniforme, de dimensiones y alcance indeterminado. Así como se alimenta al fuego, deberemos nutrir, no cebar, al pensamiento del hombre, con actos creativos, constantes.

El hombre siempre será la rima asonante, el cabo faltante, el ausente del cuadro de «La Gioconda», (aquel bufón responsable de su enigmática sonrisa). Porque finalmente el hombre nunca acaba de construirse, de ahí sus sueños y sus teorizaciones. Y el hombre sueña, teoriza, argumenta, se plantea hipótesis, porque se sabe incompleto. ‘Menos mal’, dirían tanto los pesimistas como los optimistas. Un extraño y aleccionador consenso, que habría que tomar en cuenta.

Como ven, hay mucho en estos textos, desde un gran ex presidente y jurista por mérito de tinta, hasta un gran poeta mexicano.