Don Guido Fernández De Córdova y Amézaga
AZ | 11.03.2014
Un día me invitaron a dar unas palabras por el aniversario de la partida de Don Guido Fernández de Córdova y Amézaga, en la Universidad, me sentí halagado por aquello. Me dijeron que el motivo es que yo era uno de los que había trabajado con él en su último periodo de vida. El discurso fue transmitido por radio en vivo. Fue en el Auditorio que hoy se denomina "Guido Fernández de Córdova", hablaron muchos de él, y ahora hasta los que lo criticaban hablaban muy bien. Yo recuerdo que mi discurso no pudo transmitir aquello de lo que el poeta, literato, pintor, narrador, humoristas, novelista, promotor, era realmente. Aún no puedo describirlo con las palabras que calcen en su imagen de ser humano completo. Caminaba ya lento, y nosotros intentábamos caminar así de lentito. Aparecía ante las damas de la oficina como de entre ningún lado dando un pequeño mohín de salto y asustaba a las damas, que se reían gentilmente de aquellas tiernas travesuras del anciano poeta. Tenía fama ex millonario, de que había donado los primeros fondos económicos para la Universidad Nacional Jorge Basadre G. y tenía un cargo en la Universidad, Privada de Tacna, por cariño y reconocimiento del vicerrector, ganando apenas el sueldo mínimo. Llevaba a cabo los Martes Literarios, donde invitaba a expositores para disertar sobre diferentes temas, y allí regalaba sus libros, aquellos que la gente hubiera llamado unas "joyitas literarias". A su edad, corregía las revistas "Alma Pather", que yo editaba, compilaba, armaba, y me hacía renegar de tantos errores que encontraba. Hoy agradezco sus correcciones, pero en aquel entonces no entendía de su grandeza. Había donado sus pinturas al Auditorio del Rectorado de la UPT, que llenaban toda la pared derecha. Fue algo extraordinaria su obra. Su nieta, una linda jovencita, lo acompañaba en los Martes Literarios.
Luego un día, sin saber porqué, ya no trabajaba más en la UPT. Y comenzó a editar y publicar revistas bellísimas, ilustradas con sus pinturas ¿bizarras? bellísimas. Yo, no pude decir mucho en el discurso por su aniversario, pero un día espero poder escribir y disertar aquello que vi y viví al lado de un gran poeta, Olvidé que tenía sus poemas eróticos, ¿tipo Tarantino? y que jugaba con la palabra en todas sus extensiones. De los escritores, poetas y literatos de Tacna, es el único al que llegué a admirar y reconocer su valía. (Después continuo)