az
una sonrisa comprada | 09.03.2014
En Huacho encontré un lugar donde tomar una gaseosa, comer un rico pollito criolllo. La primera vez que entré allì fue porque crei encontrar un lugar agradable para escribir en mi mac, había ambientes amplios, buena mùsica, y la gente tenìa semblante amable. Me sentè, y una jovencita se apresurò a atenderme; uno d elos mozos vio aquello, y la interceptó, y sobreponièndose delante de ella, llegò a mi mesa y me preguntó mi pedido. Aquello me desconcertó, porque la sonrisa de la jovencita se desdibujò. Pensé que ella sólo quería ser amable, hacer bien su trabajo, y el mozo la desencajó. Yo, sin pensarlo, y sonriente le dije al mozo. "Puede atenderme la jovencita", y el me miró con cara de malos amimgos. y en insistió. Y yo insistí. Y al final ella vino. Hice mi pedido, y le dije que además de la comida me traiga una sonrisa... Y eso fue todo. comprendí que una sonrisa es algo por lo que uno esta dispuesto a pagar, a fin que los demas sean felices.. luego continuo....