demasiados abogados?
AZ | 18.02.2012
DEMASIADOS ABOGADOS
Pensar que existen en la actualidad demasiados abogados es un fenómeno ya tradicional, que encierra un grave problema, en la intrascendencia que se le viene dando al abogado, porque decir que existen demasiados abogados, es decir que los abogados sobran, es decir, que existen más de los que son requeridos. Por eso la pregunta ¿demasiados abogados? Es hoy fundamental resolverla, como investigación o problema. Para abordar el tema debemos, pues, hacerlo con método.
Umberto Eco dice que para empezar a hacer un trabajo de investigación (en nuestro caso si existen o no demasiados abogados) lo mejor es hacer primero una introducción. “Esa parte que se inserta en las primeras páginas pero siempre se escribe al final”. Así que daremos un primer esbozo al tema, sobre la cantidad de abogados existentes. Y sobre si esto constituye un problema.
El tema tratado es ya conocido. Se trata de un tema ya planteado, expuesto, organizado, sistematizado, especialmente por un gran jurista: Piero Calamandrei, un excelente jurista italiano, tan claro como inteligente; que habla del abogado en varios libros, uno de ellos denominado Demasiados Abogados, y el otro Elogio de los jueces escrito por un abogado.
Así que el problema planteado –demasiados abogados- no es original pero sí visto desde nuestra perspectiva, por eso podría decirse que es propio, sale de nuestras manos y de nuestra manera de razonar los mismos hechos; por lo tanto, contradiciéndome, se podría decir que éste es un trabajo original en ese sentido (se origina en nosotros). Es un problema de viejas raíces, de viejas soluciones, pero de nuevos planteamientos sobre la urgencia de “hacer algo” para efectivizar esas “viejas soluciones” y plantear además otras novísimas soluciones. El tema es la existencia de “demasiados abogados”, que en realidad se traduce al hecho de qué función cumple el abogado, qué es en sí un abogado, cuál su necesidad o su no necesidad social, etc.. El tema -hablar otra vez sobre los abogados- parece un tema ocioso o irrelevante; a nuestro parecer no lo es, y menos es un tema estúpido, ¡no!; “si se trabaja bien no hay ningún tema que sea verdaderamente estúpido” .
Demasiados abogados implica más que una simple afirmación, significa, además, una perfecta formulación jurídica social. Demasiados siempre significa “exceso”, y ya todos sabemos, incluso por mentado refrán, que “todo exceso es dañino”. En el caso de los abogados el problema (el “exceso”), es doble, triple, múltiple. No se trata sólo de cantidad sino de un referente sociológico, económico, político, cultural, social, y por ende eminentemente jurídico: implica una responsabilidad (el deber ser) en primer lugar, pero además implica un fenómeno más profundo, a ser el hecho mismo de que son abogados los que han de servir a la colectividad para “solucionar los problemas sociales”, para hacer “justicia”, para lograr la “paz”, para garantizar la “seguridad jurídica”, la “igualdad”, “libertad”, la defensa de todos los derechos del hombre y de la mujer. Son abogados el centro del mundo jurídico, el eje que permite las relaciones de convivencia, y si éstos entran en colisión, en profunda y tremenda crisis, ¿qué le espera al resto de la sociedad? Claro, se podría decir que no tener abogados sería lo mejor, pero esa experiencia (no tener abogados) ya ha sido puesta en práctica y por razones narradas por la historia no tuvo ningún resultado exitoso. “Matar a los abogados” no es la solución. ¿Cuál es la solución? Hemos de ver primero el problema: Qué son los abogados, y si existen ya demasiados abogados, para luego intentar dar aproximaciones de solución.