entreabiertas
az | 21.12.2011
Mi mirada se desliza hacia lo alto, al parecer puedo mirar el cielo, o el infierno, pero no veo nada, solo mis propios ojos mirando al cielo. No estoy triste, ni estoy alegre. ¿en qué estado estoy: en el atardecer. No busco amigos o amigas, las tengo todas las que quiero y sin embargo no es eso lo que busco; no busco tampoco medias naranjas, eso nunca me ha convencido; no creo que exista alguien que se parezca a mi, o acaso pueda entenderme. No. Mi mente va más allá de todos, diferente, distante, compleja, desigual. No busco nada, y no espero nada, y acaso me acuerdo de Cioran y la frase que más me gusta: "no aferrarse a nada". No puedo ofrecer nada ni quiero nada, no hay tristeza, ni odio, ni amistad, ni nada. Solo una eterna incertidumbre, de porqué estoy aquí. Traído sin mi consentimiento. No intento agradar a nadie, ni desagradar a nadie. Mis acciones no son producto de nada, ni siquiera de mi aburrimiento. Solo sigo, en la inercia, lo que mi cuerpo y mi mente me dicen. Y hoy, en una diligencia, cuando hubo algún inconveniente, y me mostré firme, las reacciones cambiaron, como valorandome. Y acaso hasta me eché a reir. Parece que la gente, cuando me escucha, sabe, presiente, que mi mente va más allá de lo que ellos pueden entender, y me miran con esa mirada de quien sabe que algo importante estoy pensando, y sin embargo no pienso nada importante, ni siquiera sé ya que pienso. Se que no existe lugar para mi, ni aquí, ni allá ¿dónde es mi lugar? diablos. Cada vez estoy mas loco. De joven pensaba que iba a terminar de dos maneras: en la locura o en el suicidio. Ahora, en mi atardecer, he vuelto a pensar lo mismo. Pero no me da pena, me aburre, me inquieta, me desagrada que no pase aún. Creo que viviría mejor allí, en la locura o en el suicidio. Y no por desamor, o por desengaño, o por cursilerías como esas, sino porque yo soy así, predestinado para cualquiera de esas condiciones.No para la vida, sino para el más allá, aunque este más allá sea la locura o el suicidio. No como una resignación, sino como una aventura, no como una amenaza, sino como una gloria. Miraré otra vez al cielo y buscaré nuevas aventuras. Lo curioso es que siempre estoy así, desde siempre, en todas las etapas de mi vida. Y nada, ni nadie, me ha logrado sacar de este pensamiento. Nunca he podido ser feliz, nunca lo he sido, y no me preocupa. Porque la felicidad no es algo que busque. Me gustaría ser científico. o artista, o pintor, o escritor, o abogado, o ingeniero, o músico, o empreesario. Me gustaría ser algo. pero no soy nada, sólo pensamiento.