CAVERNICOLA
Cada mañana es un desafío. Vivimos con angustias, y placeres. Todo es tan cuadrado. Todo es tan inestable, tan complejo.
Son las seis de la tarde. Me encuentro en un local municipal. Segundo piso. He llevado mi equipo de cómputo. Una pantalla táctil, me noteboock, etc., para hacer un simulacro de voto electrónico. Me he comprado una computadora táctil para ello. Y espero que pueda llevar a cabo mi experimento: el voto electronico o digital.
Empiezo la charla. Unos cuantos ciudadanos me escuchan. y antes que diga cuatro párrafos alguien levanta la mano y pide la palabra.. y luego se opone.. No sé muy bien a qué.. pero se opone. Sonrío para mis adentros. Este menudo hombrecito, medio calvo, regordete, mal vestido y con cara de pícaro, comienza a decir una y otra cosa que no tiene sentido. Se opone al voto electrónico, se opone.. y habla que se le estaría recortando su derecho. Es el discurso de los fracasados: "se me recorta mi derecho", "yo no me opongo, pero me opongo", bla, bla, bla. Hablan con ira, con resentimiento, como si estuvieran sufriendo, como si fueran unos infelices. Y yo no quiero tratar con ese tipo de gente. Se levanta y se va. vociferendo. Es un cavernicola, o un frustrado, o un hombre de mal vivir. El problema es que es abogado... Mejor olvidarlo, pues recuerdo la obra de camus, la nausea.
Otro día sigo contando.. este cuento.