AZ
portugues | 16.12.2011
Contraté a una profesora de portugues, y luego a otra.
La primero muy linda se encariñó conmigo, de tal manera que huí
pues yo sólo quería aprender portugues, y cobarde, no quería jugar ni dar pie a nada más que a ello. La chica bonita, muy agradable, graciosa, y hasta diría genial, pilas, emprendedora, juguetona (en el buen sentido) y tierna, de muy buena figura, y sin embargo, yo, bloqueado por mi fijación en aprender portugues para aprobar mi tesis, me alejé para no lastimar a nadie, para que no se confundieran las cosas. Tal vez sólo era mi imaginación, pero huí de una linda chica.