Impertinencia
AZ | 30.11.2011
Lima. Apenas puedo conciliar el sueño, duermo sin moverme mucho porque mi cama no me permite mucho estiramiento. Son,creo, aun los días de octubre. y suena mi celular. Un amigo lejano, de TAcna, me llama, y me dice que hay este problema, etc. etc. Yo le digo que estoy de licencia, que me encuentro en Lima, etc. Y el insiste. No es un asunto que pueda yo resolver, pero él insiste, intentando trasladarme el problema, argumentando que debería acoger su problema y hacerlo mio. Pero yo no tengo nada que ver en todo eso. Y no es un problema. Pero mi amigo insiste, desesperado, angustiado, ansioso, repitiendo palabras, nervioso, e insiste, e insiste, transmitiendome su preocupación. que por cierto no es nada, y luego de decirle que eso no me corresponde, le digo adios, y cuelgo. Son las dos de la mañana. Este amigo nunca me llama, y hoy me llama. ¿Para qué? para trasladarme su preocupación, su problema. Y eso hace la gente. Traslada sus problemas, sus responsabilidades, no las afronta. Esto lo he visto muchas veces en la institución pública, Todos aprenden a trasladar el problema, no lo afrontan. Y van desgastando a todos, mientras el problema, si lo hay, nunca termina por resolverse porque nadie lo asume, y porque asumirlo supone un desgaste. Así que hay dos tipos de personas: los que trasladan los problemas, y los que los asiumen. Pero yo, que intento ser empresario, ya no tengo ganas de asumir los problemas de los demás, y menos si no son problemas, sino paranoias.