AZ
AZ - EXCUSAS | 23.11.2011
Y tengo mucho que quisiera contar, pero aún no, en un libro, como un acto de fábula, o cuento, no como una excusa, o una reivnidiación, y nunca como una acusación. solo como un divertimento. Y entonces, en todo eso, con el pie mal, cojeando, por estúpido.
Todos los días camino, y llego muy tarde a mi habitación, y los días sábados y domingos también estoy fuera, ya sea por el trabajo, ya sea para buscar mis proyectos empresariales, ya sea para no molestar a nadie en la casa familiar que me ha alojado. Y camino, camino, camino, camino, camino, camino, camino, camino, camino, camino, camino, camino, camino, camino, etc. y me tuerzo una vez el pie derecho, y no pasa nada, y me tuerzo el pie izquierdo otra vez y no me pasa nada, y así me vuelvo a torcer el pie, ya no se cual y no me pasa nada. Esos días de bulla deliciosa hecha por los carros, la velicidad de la ciudad, o el simple respirar de cientos de transeuntes. y sigo, buscando, buscando, sin tiempo para pensar, escibiendo, haciendo mis proyectos, haciendo las ayudas memorias, buscando lograr mis objetivos, ser millonario por el camino correcto, sin corrupciones, por el lado de la empresa. Pero la vida no es tan simple, y no estoy preparado ni mental ni físicamente, y el motivo de mi estancia en Lima es tan complicada, que no sé que pensar. Pienso que no vale la pena, pero sigo, preguntando los precios de los productos en Mesa Redonda, comprando cuanto cachivache, juguetito de un sol puedo encontrar para transformarlo en un producto con alusiones del Derecho, intentando conocer todo el sistema de la nueva institución, leyendo sus reglamentos, mirandxo, observando el comportamiento de todos aquellos que deciden el destino de todo el Perú. mirando todo, observando todo, aprendiendo, aprendiendo, aprendiendo, aprendiendo, aprendiendo, aprendiendo. escuchando los discursos, los debates, los intensos debates que son expresiones de la pobreza de recursos técnicos a veces, y otras veces mostrando la inteligencia popular. Todo es tan curioso. quisiera intervenir y decir que el derecho dice esto respecto de este tema, y de este otro, pero no es mi momento, no tengo aún atribuciones ni funciones ni encargo a ninguno de los personajes de ese escenario, y callo, escuchando con atencion. Mi mente piensa, piensa, pensa, pero allí no se puede pensar, se tiene que actuar rápido. y yo sigo pensando: "si pudiera intervenir y decir esto o aquello", las cosas están tan claras y ellos se confunden.