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aztd | 09.02.2017
Desde que decidí volverme un gran expositor, un orador de talla jurídica he ido revisando los discursos legales, políticos, históricos, poéticos, literarios, deportivos, metafísicos, científicos, médicos, con la sana o insana apetencia de conocer el discurso, de aprender lo que no está en mi naturaleza. Por lo general -aunque algunos piensen lo contrario- siempre he intentado el perfil bajo, el hablar lo necesario, el perderme en la multitud (mi naturaleza de ermitaño me ayuda a eso). Pero cuando algo me afecta, cuando necesito defender a alguien, cuando la inexistencia de la existencia me abruma o me envuelve en lo absurdo, entonces, y sólo entonces, mi delirio por el discurso, por las palabras entrecruzadas, el juego de sonidos, el misticismo y el azar se despliegan en mi y siento la adrenalina de la inconstancia, de la sorpresa, de la inexistencia, y a veces -solo a veces- siento la necesidad de exponer, de dejar que mis ideas fluyan para hacer del espacio una melodía de sonidos sin sentido, aunque estas formen palabras que para los demás tengan sentido. Pero bueno.. aquí algunos enlaces que voy recogiendo para encontrar la música en el discurso, el fundamento en la exposición, la ciencia en la fórmula interpretativa, la hermenéutica en el hablar, la memoria en el tiempo, y el azar en el por venir.....